Mientras algunos jueces, fiscales y defensores de la niñez “trabajan” bajo aire en sus oficinas, decenas de niños son explotados en la vía pública. Según datos del propio Ministerio de la Niñez, menores son usados inclusive para la venta de drogas.

Un Estado ausente y la violación del deber de cuidado por parte de sus padres o tutores, se pueden percibir en los ojos de decenas de niños que siguen formando parte del paisaje de distintas avenidas y calles de varias ciudades.

“Te limpio el vidrio kape”, “me das una monedita para comer”, “tengo hambre”, “si te sobra doná por favor”, se escucha decir a los menores que sortean el peligro en medio de vehículos, buses, motocicletas y el extremo calor. Esto ocurre –en gran mayoría– ante la atenta mirada de unos adultos que aguardan en algún punto la “recaudación” del día.

Todo esto sucede en narices de autoridades de instituciones que manifiestan estar trabajando para velar por los derechos y la protección de los niños.

Arriendan bebés
Jorge Amarilla, coordinador del Dispositivo de Respuesta Inmediata (DRI) del Ministerio de la Niñez y la Adolescencia, indicó que entre mayo y diciembre del 2020 identificaron 1.100 niños en situación de vulnerabilidad en arterias de Asunción, Mariano Roque Alonso, San Lorenzo, Luque, Fernando de la Mora y otras zonas del departamento Central.

De esta cifra, el 20% de los casos intervenidos fueron derivados hasta el momento a las instancias jurisdiccionales correspondientes, como juzgados, fiscalía, Codeni o la Defensoría de la Niñez.
Resaltó que de los 1.100, 400 corresponden a niños observados en Mariano Roque Alonso. Contó que uno de los casos más graves se dio en la zona de Aviadores del Chaco y España, donde lograron “desarticular” un foco donde usaban a niños como “mulas” para la venta de drogas, especialmente crack. Asimismo, comentó que hay adultos que mendigan bajo el intenso sol con bebés que son alquilados para ese fin. Estos “padres usurpadores” se delatan por sí solos cuando se les exigen documentos que comprueben el vínculo.

De acuerdo a los datos, en este enero, el DRI detectó que la cantidad de niños en calle disminuyó a 592, pero que están tratando de corroborar si corresponden a casos reiterativos o nuevos.

Amarilla refirió que el tema se torna a veces complejo en los operativos, ya que son mal recibidos por los padres. En el caso de los pueblos indígenas, también hay situaciones muy particulares y repetitivas. Precisó que están dando seguimiento a cada realidad encontrada, pues en ocasiones son familias que no reciben ayuda alguna. Añadió que por día ingresan más de 40 denuncias al sistema de fono ayuda (147) relacionadas a casos de menores en situación de calle y que acuden “a todos”.
“Evitamos que los niños salgan a la calle a pedir. El Estado se debe instalar en las comunidades y crear espacios de protección”, apuntó.
Subrayó que las autoridades municipales deben prestar mayor atención a este escenario.