Dyonathan Celestrino, de 31 años, conocido como Maniaco de la Cruz, volvió a causar confusión en el Instituto Penal de Campo Grande, donde se encuentra encarcelado desde 2013, en la tarde del sábado (28). Se negó a regresar a su celda y arrojó orina a un funcionario penitenciario.

Encarcelado en el Instituto Penal de Campo Grande desde 2013, el asesino serial se negó a regresar a su celda después de tomar sol y atacó al servidor, Dyonathan Celestrino en 2017. Está recluido en un pabellón psiquiátrico - Archivo.

Según el informe policial, Dyonathan se encontraba en el solárium de la unidad, después de haber expirado las horas para tomar el sol, cuando un agente penitenciario le pidió que regresara a su celda. El Maníaco de la Cruz se negó a regresar y resistió, siendo necesario que los empleados del Instituto Penal utilizaran un escudo.

En ese momento, Dyonathan se volvió agresivo y arrojó orina, que estaba almacenada en una botella de plástico al policía criminal quién recibió golpes en el cuerpo y en el ojo derecho.  La conducta del detenido es recurrente, en el sentido de agredir y arrojar desechos biológicos a los empleados. Hace un año, el 27 de septiembre de 2023, ya había agredido a un agente y amenazó de muerte a otros agentes después de tomar el sol.

En ese momento, Dyonathan se encontraba en el solárium de una celda especial y, durante el procedimiento para cerrar el ala, se molestó y se negó a regresar a su celda, tirándose al suelo y contra las paredes, gritando que mataría al agente. El equipo de resistencia fue llamado para ayudar a contener al prisionero, pero él continuó mostrando resistencia, lanzando puñetazos y patadas. Uno de los policías recibió un puñetazo en la cara.

El caso del "Maniaco de la Cruz" cuestiona las leyes penitenciarias desde hace 9 años el sistema carcelario.

El caso "Maniaco de la Cruz" cuestiona las leyes penitenciarias desde hace 9 años,el  "Maníaco de la Cruz" dice que mató por dinero y relata sobre la vida en Paraguay. Dyonathan Celestrino es responsable de una serie de asesinatos en Rio Brilhante en 2008 y desafía el sistema penitenciario. Esto se debe a que permanece internado en el pabellón de salud del Instituto Penal de Campo Grande (IPCG) por falta de un ambiente adecuado a su condición psicópata.

La internación por delitos cometidos en 2008, cuando aún era un adolescente, ya concluyó entre 2008 y 2011. Llegó a la edad de responsabilidad penal, 21 años, en 2013, cuando debería haber sido puesto en libertad, pero ante la imposibilidad de reinserción a la sociedad y la falta de vacantes en los hospitales de custodia, continúa en el Instituto Penal.

Dyonathan es evaluado periódicamente por peritos médicos, para determinar si hay cese de peligrosidad o permanencia, con informes que muestran que continúa teniendo trastornos psicopáticos que impiden la interacción social, y se mantiene la medida de seguridad de hospitalización.

Los crímenes

El asesino serial conocido como Maniaco de la  Cruz eligió a sus víctimas al azar y las obligó a responder varias preguntas sobre comportamiento sexual. Si eran considerados impuros, eran asesinados, con sus cuerpos colocados en señal de crucifixión. La primera víctima del Maníaco de la Cruz fue su vecino, el albañil Catalino Gardena, de 33 años, fallecido el 2 de julio de 2008. En el juicio de Dyonathan, Catalino “merecía” morir porque era alcohólico y homosexual.

La segunda víctima fue Letícia Neves de Oliveira, de 22 años, quien fue asesinada el 24 de agosto del mismo año, por ser LGBTQIAP+. El 3 de octubre de 2008, Maniaco de la Cruz reivindicó su tercera víctima, Gleice Kelly da Silva, de 13 años, encontrada semidesnuda en una obra de construcción, con una nota junto a su cuerpo que decía que “los muertos no responden a los mensajes”.

En el momento de su detención, Dyonathan dijo que mató a las víctimas porque no seguían los preceptos de Dios. Maniaco de la Cruz fue detenido en octubre de 2008 y posteriormente trasladado a la Unei de Ponta Porã. En 2013 huyó de la unidad hacia Paraguay, siendo encontrado y detenido nuevamente. Se encuentra sujeto a medidas de interdicción y seguridad desde hace al menos 10 años, lo que lo mantiene recluido en el pabellón de salud del Instituto Penal de Campo Grande.

 

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