En una entrevista exclusiva con Radio Urundey, José Milciades Macedo Domínguez relató las horas de terror que vivió en manos de quienes le privaron de su libertad el viernes pasado. Según manifestó, el rapto se dio por error, debido al parecido físico que tiene con el supuesto verdadero objetivo.

Según el informe dado por el subcomisario Hugo Velázquez, subjefe de la Comisaría 3ra. de Barrio Obrero, la víctima del hecho se encontraba en una motocicleta fue interceptado en la noche del viernes, entre las 19:30 y 20 horas, sobre la calle Fortín Toledo casi Peatonal San Alfonso María de PJC, frente a una carnicería. Según datos preliminares, testigos afirmaron que fue subido a un Toyota modelo Vitz de color negro.

Macedo indicó que unos sujetos le dicen que se detenga y que suba al vehículo. En ese momento, comentó que no sabía si los hombres eran policías, e intentó escapar hacia una carnicería, pero fue en vano porque lograron agarrarlo a la fuerza. 

Contó que dentro del vehículo, el cual no pudo distinguir para dar detalles, lo retuvieron con la cabeza contra el asiento para que no pueda mirar el camino. En tanto, el paseo consistía en pasar por caminos tanto asfaltados como empedrados por un largo tiempo.  

Mirá la entrevista completa aquí. 

Una vez que llegaron al lugar, José Milciades fue introducido a un baño, donde se encontraba sin vestimentas, ya que se las quitaron sus captores. En dicho momento, según relató la víctima, los hombres, "se dieron cuenta" de que no atraparon al hombre correcto. Ya que el objetivo tenía más tatuajes que Macedo. 

Incluso, todo según la versión del entrevistado, le mostraron la foto de quien debía ser raptado, por si lo conocía y su respuesta fue negativa. Allí recibió las disculpas de los hombres y además le ofrecieron dinero para que compre medicamentos, ya que en la carnicería, en medio de los forcejeos, recibió lesiones. 

Sin embargo, José Milciades no aceptó la oferta y posteriormente inició su recorrido hacia su paradero de vuelta. Recordó que sus victimarios eran corpulentos, usaban grandes gorras y eran barbudos, hablaban una mezcla de castellano, portugués y guaraní. 

Una vez que lo liberaron, aproximadamente a la medianoche del sábado, optó por ir a la casa de su madre en Brasil. Siendo así unas cuatro horas que estuvo privado de su libertad.