Ante la muerte del fiscal Marcelo Pecci en Colombia, el Dr. Juan Martens, criminólogo, comentó para El Radar que la zona del asesinato, Cartagena, es dominada por el Cartel del Golfo. Apuntó que esto representa un mensaje del crimen organizado en el afirman tener el poder fáctico y que no temen quitar la vida a quien perjudique sus negocios ilícitos.

Martens indicó primeramente que Paraguay representa un punto importante y todo operativo en contra de una estructura criminal, "tiene un impacto a nivel mundial". "El perjuicio que se causa, no sabemos dónde se da ni a quién", expresó. 

El experto en Criminología, mencionó que Pecci "era uno de los actores principales en el esquema de persecución". En tanto, generalizó que las muertes por mandato en el submundo criminal se dan por "perjuicio económico, negarse a ser parte o cuando se falta a un trato". 

Por otra parte, Martens lamentó que la pareja haya ido hasta Colombia, un lugar estratégico del crimen organizado, "sin ningún esquema de seguridad donde domina el Cártel del Golfo". Como así también, dijo que se debía evitar publicar lo que hacían en la luna de miel. "Lamento muchísimo, si no se le advirtió, fue una falla del Estado", señaló. El mismo resaltó que Paraguay "no necesita mártires" sino personas capaces que tengan las garantías de cumplir con sus funciones. 

Siguiendo el hilo del fatídico hecho, Martens replicó el análisis de una criminóloga colombiana, quien a su criterio, la muerte se habría evitado si no había tanta exposición. 

"Es un avance en la gobernanza criminal, un paso más. Dicen que 'fácticamente tenemos el poder y somos capaces de matar', no a cualquier fiscal, sino a uno que estaba haciendo carrera para ser Fiscal General del Estado", dijo. 

"Son elementos que nos hacen ver que el crimen organizado avanzó y qué importante es Paraguay en el mercado del crimen internacional", agregó.

En tanto, según investigadores, se maneja la teoría de que el fiscal fue seguido desde su salida de Paraguay hasta Colombia. También, apuntan sus sospechas sobre la contratación de sicarios en el país caribeño para cometer el asesinato. La Policía de Colombia ya cuenta con sospechosos y ofrecen hasta 2.000 millones de pesos como recompensa para dar con uno de los posibles culpables.