Un policía de Investigaciones del departamento de Itapúa torturó hasta la muerte a su mujer, en San Juan del Paraná, y luego huyó de la casa. El hijo de seis años de la pareja descubrió el cuerpo ayer al despertarse.

La mujer asesinada es Alicia Fernández Alvizo, de 36 años, en tanto que el supuesto autor prófugo es Ramiro Rafael Rodas Benítez, de 35 años.
Este último es suboficial inspector de la Policía y trabajaba en el departamento de Investigaciones, con asiento en Encarnación.

El crimen se produjo en el barrio San Nicolás y fue descubierto por el hijo de cinco años de la pareja, quien despertó y halló a su madre tirada en el piso de la sala desnuda y con rastros de una salvaje tortura. De hecho, fue el propio niño quien avisó a un vecino.

Según trascendió, la pareja estaba distanciada hasta hace poco, cuando la mujer regresó de la casa de sus padres, que queda en el distrito de Alto Verá.
La reconciliación se dio después de que el policía fuera diagnosticado con coronavirus. El suboficial acababa de levantar su aislamiento y tenía que presentarse de nuevo hoy en su unidad.

Allegados a la familia afectada mencionaron que Alicia y Ramiro también tenían un litigio judicial.
Incluso, el policía acababa de ser imputado por la Fiscalía por prestación alimentaria, ya que fue demandado por Alicia cuando se separaron.
Sus propios compañeros habían aconsejado a Ramiro que solucionara su problema legal, para evitar tener problemas.

El consumo de alcohol, más el problema que arrastraban, habría desatado la furia del policía.
El suboficial inspector golpeó y estranguló a su mujer y luego huyó la casa en su automóvil, que fue encontrado ayer de mañana cerca de unos esterales en la entrada a su ciudad natal, Tacuaras, en el departamento de Ñeembucú, a más de 230 kilómetros de San Juan del Paraná. El policía supuestamente tenía planes de cruzar el río Paraná hacia el lado argentino, aunque como es agente de Investigaciones se sospecha que puede ser solo una estrategia para escapar definitivamente.