Un subcomisario de la Policía Nacional fue encarcelado el fin de semana último tras ser imputado por la Fiscalía por narcotráfico. Su supuesto “socio comercial” es un suboficial de la misma institución, quien ya está preso desde el año pasado tras una incautación de cocaína. Ambos serían dueños de una carga de más de nueve toneladas de marihuana requisada hace dos años y medio.

Los policías involucrados son el subcomisario Ricardo Javier Rojas Jara, de 40 años, nacido en el sur del país, y el suboficial primero Antonio Joel Quiñónez Lara, de 31 años, oriundo de la zona norte de Paraguay.
Los uniformados se encuentran imputados por la fiscala Elba Cáceres por los artículos 26, 27 y 44 de la ley antidrogas, que castigan el tráfico internacional, la tenencia y la comercialización, respectivamente.
Además, la expectativa de pena es aún más elevada por ser uniformados que justamente deberían actuar en la represión del narcotráfico.

Es en conexión con la incautación de una carga de 9.453 kilos de marihuana prensada, ocurrida en la noche del 17 de marzo de 2018 sobre la ruta 3 (ahora ruta PY08), en la zona del desvío a Villa del Rosario.
Aquel operativo fue ejecutado por la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), cuyos agentes especiales interceptaron un camión que traía la droga desde Karapaí (Amambay) y se dirigía hacia Paso de Patria (Ñeembucú) para hacer cruzar el cargamento al lado argentino y de ahí al mercado chileno.

Los únicos detenidos en ese momento fueron el chofer del camión, Cristhian José Peralta, y el acompañante de este, Paulo César Ferreira Burgos, quienes ahora deben afrontar juicio oral.
De los patrones, nada se supo, excepto que operaban con los apodos de Picudo y Quiñónez.
De casualidad
Sin embargo, luego de más dos años y medio, la Senad y la fiscala Elba Cáceres por fin pudieron identificar a los supuestos dueños del enorme cargamento, que resultaron ser los policías Rojas y Quiñónez.
Ambos fueron incluidos en la pesquisa mediante escuchas telefónicas, tanto entre ellos mismos así como con los transportadores de la droga.

Aparentemente, el subcomisario y el suboficial monitorearon el desplazamiento del camión desde el campamento marihuanero hasta el lugar de la interceptación.
La identificación de los supuestos polinarcos se dio prácticamente de casualidad, ya que ambos, cuando fueron grabados en 2018, usaban líneas telefónicas que obviamente no figuran a sus nombres.

Operativo Espada
El primer indicio que acercó a la Senad a ellos fue cuando el 17 de mayo de 2019 cayeron, inicialmente, seis policías que estaban aparentemente extorsionando a una banda de narcos que acababa de descargar un alijo de 302 kilos de cocaína en una estancia del departamento de San Pedro.
Uno de esos policías apresados en el operativo denominado Espada fue precisamente el suboficial Quiñónez.
Desde ahí, se estudiaron sus conexiones y saltó el apodo de un tal Picudo, el mismo que identifica desde hace años al subcomisario Rojas.

Un millón de dólares
De este modo, con el suboficial Quiñónez ya preso por el caso de la cocaína, el objetivo pasó a ser el subcomisario Rojas, alias Picudo, quien por su parte fue blanqueado por sus superiores en marzo del año pasado luego de ser investigado por el supuesto cobro de un millón de dólares a una banda de traficantes de cocaína en tres aprietes consecutivos en el Chaco, cuando él era jefe de la comisaría de Mayor Infante Rivarola.
Picudo finalmente fue capturado y encarcelado el viernes último, por disposición del juez Yoan Paul López. Una vez que dé negativo al test de covid-19 será trasladado desde el departamento Judicial hasta la Agrupación Especializada, donde se encontrará con su compañero de causa, el suboficial Quiñónez, también señalado como patrón marihuanero.

Declaración indagatoria

El subcomisario Ricardo Javier Rojas, alias Picudo, quien durante varios años trabajó en el departamento Antinarcóticos, debe comparecer este viernes para su declaración indagatoria ante la fiscala Elba Cáceres.
El suboficial primero Antonio Joel Quiñónez se presentará también ese día, después de Rojas. Ambos serían dueños de una carga de nueve toneladas de marihuana.